“SÍGUEME”. Al contemplar el rostro y sentir la ternura de la mirada de Jesús, los niños escuchan con atención la invitación a ser el mejor de sus amigos. Se trata de que los pequeños oigan esta invitación y respondan con prontitud.
CARTEL
Una “escalera” con los peldaños que marcan las letras de la palabra “Sígueme”. La subida es laboriosa, como se refleja en el rostro de los niños que están escalando. Para llegar a la meta hay que esforzarse y ascender poco a poco. Aunque ese esfuerzo es individual, el recorrido se hace en compañía de los demás niños del mundo.
Los niños que suben representan a los chicos y chicas de Infancia Misionera, un servicio de la Iglesia que les ayuda a descubrir que ellos pueden ser también misioneros. Con la mochila de sus vidas al hombro e integrados en los pequeños grupos de esta Obra, dibujan la bella imagen de quienes se han puesto en camino siguiendo a Jesús.
OBJETIVOS
Iniciar en los niños la experiencia de seguir a Jesús, poniendo las pisadas sobre sus huellas.
Suscitar en ellos una disposición a salir de sí mismos, para descubrir la belleza de caminar juntos en los grupos de Infancia Misionera.
Implicarles en actividades promovidas en la parroquia o en el colegio con motivo de la Jornada de Infancia Misionera, y también a lo largo del año, para ayudar a los niños más necesitados.
Motivar a los educadores, catequistas y padres para que faciliten a los más pequeños su participación, como protagonistas, en la corriente de solidaridad misionera que promueve esta Obra Pontificia.